Las Palmas de Gran Canaria, 4 de octubre de 2025
La Central Nuclear de Almaraz (Cáceres) vive un momento crítico, con la fecha de cierre de sus unidades cada vez más cercana y la inminente presentación de los documentos de cese por parte de las propietarias. En este contexto de máxima incertidumbre, ÁGORA Canarias ha levantado la voz para exigir al Gobierno central la inmediata revisión del calendario de cierre de la planta. La asociación califica la decisión de desmantelar la central como un «disparate histórico» que amenaza la seguridad energética y asesta un golpe «devastador» al futuro laboral de miles de jóvenes.
El posicionamiento de ÁGORA Canarias se suma al de la creciente plataforma "Sí a Almaraz", que agrupa a más de 80 colectivos, instituciones y ayuntamientos, y que ha logrado el apoyo de la Junta de Extremadura, cuyo Gobierno se ha comprometido incluso a ajustar la fiscalidad regional para facilitar la continuidad de la planta. Este amplio consenso subraya que el cierre de la central de Almaraz es percibido por la sociedad como una decisión política unilateral y contraria a los intereses estratégicos de España.
ÁGORA Canarias defiende que el mantenimiento de Almaraz es una medida de responsabilidad económica y medioambiental. La central, con sus dos unidades, es un pilar fundamental para la red eléctrica española, al cubrir históricamente cerca del 7% de la demanda eléctrica nacional, generando una producción equivalente al consumo de alrededor de cuatro millones de hogares y evitando la emisión de millones de toneladas de CO2 anualmente. La energía nuclear, al ser una fuente de producción estable y libre de emisiones, es esencial como respaldo de las energías renovables, garantizando la seguridad de suministro que el país tanto necesita en un contexto geopolítico volátil.
El portavoz de ÁGORA Canarias, Mario Alberto Roldán, ha sido contundente en sus declaraciones: «Cerrar la central nuclear de Almaraz es un error estratégico incomprensible. Significa renunciar a la única fuente de energía estable, constante y libre de emisiones a gran escala, poniendo en riesgo la independencia energética y la capacidad del sistema eléctrico nacional. Los jóvenes necesitamos un horizonte energético seguro para que la industria pueda operar y generar empleos de futuro». Más allá de la perspectiva energética, la asociación canaria pone el foco en la dimensión social y laboral del cierre, especialmente para la juventud extremeña.
Almaraz no es solo una central; es la primera industria de Extremadura y un motor socioeconómico para la comarca del Campo Arañuelo, generando alrededor de 3.000 empleos entre directos e indirectos, con picos de 1.200 trabajadores adicionales durante las recargas de combustible. La pérdida de esta actividad no solo supondría la destrucción de miles de puestos de trabajo de alta cualificación, sino que también provocaría un impacto negativo de más de 90 millones de euros anuales en la economía local.
«La estabilidad laboral que ofrece Almaraz es un salvavidas en una región que ya enfrenta desafíos demográficos y de desarrollo. Perder 3.000 empleos de calidad y ver cómo los municipios pierden millones de euros en concepto de impuestos es un golpe casi irreversible para el empleo juvenil y para el futuro de la región», asevera Roldán. La central, además, realiza inversiones anuales millonarias, demostrando que está tecnológicamente actualizada y lista para operar de forma segura por muchos años más.
ÁGORA Canarias se suma a Sí a Almaraz, y exige al Gobierno de España que actúe con pragmatismo y sensatez, tomando decisiones que protejan la soberanía energética y el tejido económico local. La asociación concluye su posicionamiento haciendo un llamado a la acción para que se modifique el calendario de cese, permitiendo que Almaraz continúe operando y asegurando un futuro más estable y próspero para la juventud.